NACER FRENTE AL MAR El Mar, es magia y energía arrolladora, es sanador, espiritual y sabe escuchar. El gran regalo de la vida, de nacer frente al mar, sumándole a esto, la esencia Peibunis - tuxe indígena de Taganga, la ancestralidad y el amor por la MADRE TIERRA, costumbres y tradiciones pesqueras, más ser hijo de un pescador y una madre vendedora de pescado, es un don de amor y el mejor regalo del universo. Es cierto que la tierra que lo ve nacer a uno, sea la ciudad, las montañas, frente al río, en el frío o la calidez del sol, es sagrada, y he respetado y admirado siempre a quien habla con tanto amor infinito y añoranza por su terruño, mientras recuerda un pasado que para muchos fue mejor y más si está lejitos de casa. He vivido de la música, con gran coraje, desde muy joven, pero NACER FRENTE AL MAR, me ha abierto miles horizontes, por ejemplo, cuando veo a los alegres visitantes llegar con su mochila de carga de la gra